¿Qué vale más: pájaro en mano o ciento volando?
Facebook ha salido a bolsa. Está en boca de todo el mundo. Bueno, por lo menos todos los que tienen una cuenta en la red social o los que no han hecho oídos sordos a las informaciones de cualquier medio de comunicación.
Sí, es difícil no enterarse, pero bueno, peor es no tener Facebook, ¿no? Habrá opiniones para todos los gustos y de todos los colores, lo que hará reafirmarse a aquellos que creen que esta red social es la principal fuente de información, de discusión, de encuentro y de desencuentro.
Y entre tantas y tantas historias que suceden, ya sea dentro o fuera de la red, con Facebook como eje fundamental, está la de David Choe. ¡Y esta no es una historia cualquiera!
David es un artista del grafiti con talento y con las ideas claras, y en 2005 le dieron la oportunidad de demostrarlo, cuando Sean Parker, entonces presidente de Facebook, le invitó a pintar las oficinas de la compañía, en Palo Alto, California.
Allí, David pudo dar rienda suelta primero a su creatividad y, a la hora de cobrar, a su claridad mental. En vez de quedarse con los 200 $ en efectivo pactados con el empresario, Choe prefirió quedarse con un número de acciones equivalente.
Y, no señores, no se equivocó. Quizá fuera el hazmerreír de su barrio durante estos 6 años, pero ahora, en 2012, el Señor Choe posee la nada desdeñable cifra de 200 millones de $ en la bolsa.
Esto es lo que se denomina, en el argot de los juegos de azar, una apuesta ganadora. ¿Te hubieras arriesgado tú también?
Fuente: The New York Times