Una imagen vale más que mil palabras
Cuando los profesionales más reconocidos de tu especialidad se ponen de acuerdo para recompensar tu trabajo con el primer premio del concurso más grande y más prestigioso, es motivo de orgullo.
Y lo es más aún cuando ese trabajo es observado y admirado por miles y miles de personas por todo el mundo.
Y, todavía más, cuando sirve para concienciar, enseñar o simplemente mostrar una realidad. Lo que está sucediendo aquí y ahora. Lo que todos podemos mirar pero nadie ve. Lo que solo los objetivos elegidos pueden captar. El momento exacto.
Esa sensación de orgullo y de trabajo bien hecho es la que debe estar recorriendo desde el pasado 10 de febrero (como mínimo) el cuerpo de Samuel Aranda, fotoperiodista ganador del World Press Photo Of The Year.
Una de sus fotografías realizadas en Yemen, donde se encontraba por motivos de trabajo cubriendo la primavera árabe ha conseguido llevarse el reconocimiento del mundo fotográfico y del mundo en general, al que ha dejado con la boca abierta.
Tras haber pasado por Túnez, Egipto y Libia antes de llegar a Yemen, retrató esta imagen, concretamente en la ciudad de Saná, cuya magia, como el mismo cuenta, se basa en que “normalmente estamos acostumbrados a ver fotos de mujeres llorando en funerales, pero ésta es diferente: muestra firmeza y entereza”.
Ahora, la fotografía de Samuel comenzará a dar la vuelta al mundo esta vez físicamente, en una exposición itinerante que recorrerá 40 países y será visitada por más de un millón de personas, además de aparecer en el anuario, que se publica en seis idiomas diferentes.
Fuente: El Mundo