Sonrisas que ayudan

Cuando echamos de menos a nuestros seres más cercanos lo primero que pensamos para recordarlos es en una foto con sus rostros sonrientes. Y la colocamos por todos los sitios, para tenerlos siempre presentes: en la cartera, para verlos cada vez que pagamos o simplemente para enseñarlos a la mínima ocasión; en la mesa de la oficina, para que nos alegren las mañanas, las tardes y alguna noche; en la nevera, para echar una mirada furtiva cada vez que pasamos por la cocina.
Puede que no seamos conscientes del efecto que esto causa en nuestro estado de ánimo más allá de sacarnos una pequeña sonrisa, pero, según un estudio publicado en la revista Journal of Consumer Research, ver una cara sonriente nos ayuda a alcanzar nuestros objetivos.
Aparna A. Labroo, investigadora de la Universidad de Chicago (EE. UU.) y coautora del estudio, afirma que estas imágenes nos ayudan a “esforzarnos más por el bienestar futuro, pensar de manera más flexible y tener la mente abierta a nueva información”.
De los resultados del estudio se desprende que estar de buen humor nos aporta una mayor capacidad para distanciarnos de los problemas, pensar de manera más abstracta y tomar mejores decisiones. Del mismo modo, somos capaces de proponernos y alcanzar objetivos a largo plazo y cumplir los objetivos a corto plazo con menor esfuerzo.
¡Hasta puede que llevemos una alimentación más saludable por el simple hecho de tener una foto de nuestros hijos o sobrinos con una sonrisa en la puerta de la nevera!


