¿Sonríes o “sonríes”?
Un chiste que no acabas de entender o uno de esos que son malos malísimos. Un chascarrillo de tu jefe, ese al que tienes o te tiene tanta manía. El saludo de un conocido al que no te apetece ni cruzarte por la calle.
Todas estas situaciones pueden generar una sonrisa, pero no la misma sonrisa. Porque cuando sonreímos no siempre significa que estemos alegres, ya que detrás de la sonrisa pueden esconderse diferentes sentimientos y emociones: sarcasmo, nerviosismo, timidez, vergüenza, cortesía…
Para poder identificar el significado de una sonrisa tenemos que tener en cuenta a los 2 componentes del equipo, los ojos y la boca. Cuando los ojos y la boca están alegres hablamos de expresiones genuinas de alegría, mientras que cuando la boca está alegre y los ojos no, hablamos de expresiones ambiguas.
El hecho de que se pueda confundir una expresión ambigua y una genuina reside en que la sonrisa está casi exclusivamente asociada con la alegría, y en que nuestros ojos se dirigen directamente a la boca dejando en un segundo plano los ojos.
Aún así, hay personas, aquellas con la denominada ansiedad social, capaces de identificar con mayor precisión la diferencia entre ambas expresiones.
Pero, independientemente de si te sale una sonrisa llena de alegría o si lo haces para, por ejemplo, hacer sentir bien a la otra persona, ¡que tu sonrisa sea siempre blanca y reluciente!