¿Dientes inútiles?
Hay cosas en la vida que no sirven realmente para nada. Seguramente si nos ponemos a pensar en ello nuestro cerebro sufrirá un aluvión de imágenes, principalmente procedentes de la teletienda, con objetos con una extraña relación entre su usabilidad, aproximadamente 0, y su precio, siempre con descuentos: la silla Hawaii, una máscara para ejercitar los músculos de la cara, la batamanta…
Pero la inutilidad no se restringe solo a los objetos producidos por el hombre, sino que en nuestro propio cuerpo hay cosas que no tienen ningún tipo de utilidad. Y lo peor es que a veces tampoco son gratis, sino que pueden ser un foco de problemas.
Por ejemplo, algunos especialistas afirman que el apéndice hoy en día no tiene una función real, aunque es una cuestión que todavía se está estudiando.
En cambio, esto no sucede con las muelas del juicio. Sí, esas piezas dentales, también llamadas terceros molares, que habitualmente salen entre los 17 y los 20 años. Pues bien, con el paso del tiempo, los humanos hemos pasado de masticar raíces e ingerir carne cruda a consumir alimentos más blandos, por lo que hoy en día las muelas del juicio no tienen una función real.
Eso sí, nuestra evolución continúa, por lo que muchos expertos afirman que, a medida que nuestra alimentación se vuelva más y más blanda y el tamaño de nuestro maxilar siga disminuyendo, las muelas del juicio desaparecerán de nuestra boca. Así, tendremos un problema menos del que preocuparnos.