Fresco y natural
Ya el hombre prehistórico, consciente de la necesidad de conservar los alimentos, almacenaba la carne en cuevas de hielo, aunque no fue hasta 1842 cuando el proceso de congelación se utilizó comercialmente por primera vez.
A lo largo de la historia han sido muchos los que se han preocupado por mantener los alimentos en buen estado, como Nicolas Appert, el primero en elaborar latas de conserva, o Gail Borden, quien en 1856 consiguió la leche en conserva más segura y digestiva (anterior a la divulgación de los trabajos de Pasteur) al evaporar la leche en una caldera de vacío.
Pues después de tantos y tantos descubrimientos y tras siglos de avances tecnológicos, hoy en día contamos con la inestimable ayuda del refrigerador, que se ha convertido en un aparato indispensable en nuestra vida diaria. Pero eso era hasta ahora.
Una mujer coreana se ha propuesto dar esquinazo a los problemas medioambientales que generan este tipo de electrodomésticos y ha decidido sustituirlos por una serie de artilugios caseros con un diseño sencillo e inteligente.
Save Food from the Fridge (Salva a la comida del refrigerador) es el nombre de la colección de Jihyun Ryou, cuyas creaciones cumplen impecablemente con su función de conservar los alimentos en perfecto estado. Y lo mejor es que los dispositivos no emplean ningún tipo de energía extra, sino que aprovechan las mismas propiedades de los alimentos y las condiciones ambientales del entorno.
Entre sus inventos encontramos soluciones para eliminar la humedad de los botes de especias, conservar zanahorias o humidificar ciertos vegetales.
¿Su filosofía? Conseguir alimentos frescos y naturales y, de paso, eliminar la contaminación. Como las bocas más saludables.
