Masticar y soplar, todo es empezar

La boca es una de las partes más flexibles del cuerpo humano. Pero quizá por la familiaridad que tenemos con nuestros propios cuerpos, no nos damos cuenta de que puede llevar a cabo muchas otras acciones para realizar tareas diferentes, más allá de sus principales funciones, como son la comunicación lingüística, la masticación de alimentos y la función respiratoria.
Los pájaros carpinteros usan sus picos para hacer perforaciones, los loros los usan para cascar frutas y nueces, las aves para construir sus nidos, los colibríes para extraer el néctar de las flores…
Pero a pesar de que la boca es un órgano maravilloso, sus capacidades y su versatilidad están todavía poco desarrolladas. De ahí nace el proyecto de Cheng Guo que trata de potenciar las capacidades de la boca humana y que permite crear objetos reales, aprovechando los movimientos de la boca y la cabeza.
Se trata de Mouth Factory, mucho más que un proyecto artístico: se trata de una serie de máquinas funcionales, incluyendo un taladro, un torno y máquinas para el moldeo rotacional y por vacío, que están específicamente diseñadas para ser manejadas por la boca del usuario.
En la red están disponibles dos tutoriales de Mouth Factory: uno acerca de cómo ejercitar los músculos faciales y otro sobre la forma de trabajar con los aparatos bucales.
Todas estas herramientas pueden tener infinidad de aplicaciones, pero una de las más destacables es la posibilidad de que personas discapacitadas puedan usar la boca para realizar las funciones de otras partes del cuerpo, bien porque tienen cierta discapacidad o porque no contamos con ellas.
Una gran iniciativa que promete reinventar nuestro cuerpo y mejorar nuestras capacidades hasta límites insospechados. Empezando por la boca.


