Musicoterapia: Los beneficios terapéuticos de la música
Cuando estamos tristes; cuando tenemos miedo; cuando estamos contentos; cuando nos enfadamos; cuando estamos nerviosos… Son muchas las situaciones en las que nos servimos de la música para calmar o demostrar nuestros sentimientos y sensaciones. Y es que la utilización de la música como terapia tiene su origen en la prehistoria. Desde los inicios, se han utilizado instrumentos que emiten sonido para realizar ritos mágicos, religiosos o de curación.
Los primeros textos escritos que aluden a la influencia de la música sobre el cuerpo humano se refieren a ésta como un “elemento capaz de curar el cuerpo, calmar la mente y purificar el alma”, y datan de 1500 a. C. En ellos se explica, por ejemplo, cómo se podía influenciar favorablemente la fertilidad de la mujer utilizando los sonidos.
Más adelante, en la antigua Grecia, encontramos los primeros planteamientos de los fundamentos científicos de la musicoterapia. Uno de sus principales promotores fue Pitágoras, que afirmaba que había música entre los astros y que cuando se movían lo hacían mediante unas relaciones entre esta música y las matemáticas. Además, utilizaba este desarrollo para explicar la armonía de la música en el universo y el alma humana, de modo que la enfermedad mental era el resultado de un desorden musical. Así, para curarse, sólo hacía falta restablecer esta armonía mediante la música. Platón creía que la música tenía un carácter divino y podía dar placer o sedar y, en consecuencia, era importante también en la educación de los jóvenes. Aristóteles, que fue el primero en teorizar sobre la influencia de la música en los seres humanos afirmando que la música provoca los diferentes estados de ánimo en los humanos con la teoría de Ethos (básica para la musicoterapia).
A lo largo de los años, las teorías sobre la influencia de la música en los seres humanos han ido evolucionando hasta que en el s. XX se habló e institucionalizó el concepto de musicoterapia. Tal como podemos leer en Wikipedia, es “el empleo de la música y sus elementos (sonido, ritmo, melodía y armonía) por parte de un profesional calificado en un paciente o grupo para conseguir facilitar y promover la comunicación, las relaciones, el aprendizaje, el movimiento… entre ellos y conseguir así satisfacer sus necesidades físicas, emocionales, sociales y cognitivas“.
En definitiva, la finalidad de la musicoterapia es terapéutica y va desde mejorar el comportamiento y la capacidad de atención, estimular la percepción, aumentar la creatividad… Siempre sin suplantar los tratamientos médicos que puedan ser necesarios.