¿Se debe acudir al odontólogo para extraer dientes de leche?
La respuesta sencilla es que depende. La mayoría de las veces los dientes permanentes que van a suceder al diente temporal reabsorben la raíz de este último durante su formación haciendo que se “afloje” dentro del alvéolo dentario. Al aflojarse suele caerse por sí solo, así que lo recomendable en este caso –fuera de la revisión semestral con el odontopediatra– es esperar a que se produzca la exfoliación natural del diente de leche.
En algunas ocasiones, la caída de los primeros dientes causa un poco de miedo a los niños, preguntan si duele o molesta y de nosotros depende, como adultos cuidadores, reconfortarlos, decirles que puede molestar un poco sentir el diente “bailando” al morder algunos alimentos, pero que normalmente su caída no va a producir ningún dolor. Es normal que haya un poquito de sangrado, que se detiene en pocos minutos –podemos darle un algodón limpio para morder unos minutos para ayudar a que no trague la sangre durante esos minutos.
También podemos enseñarle cómo balancear con los dedos un poquito el diente si ya está muy flojo y no termina de caerse y le está molestando para comer –o le da temor tragárselo–. Basta con empujarlo un poquito suavemente hacia dentro con un dedo, luego suavemente hacia fuera un par de veces para terminar de aflojarlo. No hablo de obligar al niño, ni de hacerlo nosotros como padres, sino de ofrecerlo como alternativa al niño si le está molestando y desea acelerar la última fase de la caída. Recuerda que para hacerlo el niño debe tener las manos bien lavadas con agua y jabón.
En otros casos, los dientes permanentes vienen en mala posición o en una posición diferente a la del diente temporal que sustituye en el arco dentario. En estos casos, algunas veces no se reabsorbe bien la raíz del diente temporal y/o no se afloja lo suficiente como para caerse solo. Es en esta instancia donde interviene el odontólogo realizando una extracción simple para dejar el arco en condiciones óptimas. Para detectar estas situaciones y poder intervenir a tiempo, al igual que lograr hacer la exodoncia de manera no traumática para el niño, debe haber una relación preexistente de confianza entre el niño y el odontopediatra, y el niño tiene que acudir a revisión, como comentaba anteriormente, cada seis meses.