Verano y salud bucal: combatir la hipersensibilidad dental

Sensibilidad Dental

En el post Verano y salud bucal: el control de la placa bacteriana, mencionamos la necesidad de cuidar nuestra salud bucal también en verano, para evitar la visita de urgencia a la vuelta de las vacaciones.

Mientras que en ese post hablábamos de la necesidad del control de la placa bacteriana, en  esta época del año es especialmente importante combatir la hipersensibilidad dental que durante el resto del año podemos no notar.

¿A qué se debe la hipersensibilidad dental en verano?

La aparición de la hipersensibilidad dental se debe al hecho de que muchas de las comidas y bebidas que consumimos en más cantidad durante esta calurosa estación del año suelen tener un PH más ácido.

Además, a veces podemos caer en el error de cepillarnos los dientes con un cepillo de filamentos demasiado duros o aplicando una técnica o movimiento más agresivo para enmendar el hecho de  pasar tiempo fuera de casa, y no habernos cepillado los dientes en todo el día. Algo que, lejos de solucionarlo, hace que el problema persista. Las pastas de dientes abrasivas también son perjudiciales.

¿Cómo solucionarlo?

Evitar alimentos fríos y ácidos hace que en un primer instante dejemos de notar la molestia. Sin embargo, esta no es la única solución a aplicar cuando notamos hipersensibilidad dental.

Cuando la sensibilidad es algo acentuada, es recomendable utilizar pastas de dientes no abrasivas para su tratamiento y acompañarlas de un colutorio y un cepillo de dientes adecuado para completar el proceso.

Asimismo, el uso de cepillos de dientes con filamentos suaves nos permitirá tener una buena higiene bucal sin necesidad de dañar el esmalte.

Y sobre todo, cepillarnos los dientes 3 veces al día durante 2 minutos, sea cuál sea la época del año, hará que nuestra sensibilidad dental mejore y podamos disfrutar de los alimentos fríos y refrescantes que tanto apetecen en verano y el resto del año.

Blanqueamiento Dental

Blanqueamiento dental

El color de los dientes depende del color de la dentina, que es amarillenta, y del grosor, superficie y composición del esmalte.