Beneficios de la lactancia materna en el desarrollo de los maxilares
La mandíbula es el único hueso móvil de la cabeza, que participa activamente en el desarrollo de la cara. Cuando el bebé nace, la mandíbula se encuentra en posición posterior en relación con el maxilar superior, dando al recién nacido un perfil convexo, el cual es absolutamente normal.
Durante el primer año de vida, las dos articulaciones de la mandíbula son estimuladas gracias al amamantamiento y al empleo adecuado del sistema muscular. El proceso de amamantamiento provocará la fatiga, el sueño al bebé y facilitará la digestión apropiada del bebé.
La lactancia es responsable de la maduración de los músculos de la masticación, ya que cada músculo está preparado para realizar una función sencilla al inicio de la alimentación, como la de amamantarse. Posteriormente, necesitará madurar para cumplir con otras funciones más especializadas. Aunque en el recién nacido el movimiento muscular es limitado, la lactancia del seno materno contribuye a la maduración del sistema muscular, ya que es la única vía para que se produzcan los estímulos necesarios para completar el desarrollo dental y maxilar.
Al succionar el seno materno, el bebé establece un patrón correcto de respiración nasal, movimientos musculares y posicionamiento correcto de la lengua. Esto favorecerá la obtención de una mejor relación entre el maxilar (parte superior) y la mandíbula (parte inferior) de la boca, disminuyendo así las maloclusiones.
Cualquier otro sistema de alimentación no natural aumentará el riesgo de producir una alteración en el crecimiento y el desarrollo en el área bucal y facial. Un ejemplo de ello se produce cuando el bebé toma biberón, usa chupete o se chupa el dedo, ya que la lengua no toca el paladar, quedando la forma del mismo influenciada por el objeto que se encuentra entre éste y la lengua.
Aunque la lactancia materna es considerada como la medida más eficaz y menos costosa de alimentación en los bebés, es trivial que ésta pierde preferencia en la sociedad actual, puesto que en paralelo con la efervescente emancipación de las mujeres y su creciente participación en el mercado laboral, el uso del biberón suele ser una solución altamente utilizada por las madres para alimentar a sus bebés.
Las madres deberían estar informadas de las desventajas del uso del biberón, puesto que éste no promueve el adecuado crecimiento y el desarrollo de los maxilares ni de la musculatura facial.
Además, el biberón (especialmente el nocturno) se relaciona con la aparición de caries precoz en la infancia.
Por tanto, la lactancia materna es de vital importancia, no sólo para el bienestar general, nutricional, psicológico del bebé, sino también por su capacidad de estimular un correcto crecimiento y desarrollo del aparato estomatognático.