Yo no me chupo el dedo
Chuparse el dedo pulgar es algo muy común en los primeros años de vida, ocurre hasta en el propio vientre materno. Hasta aquí todo normal, existen muchos motivos, ya sea por simple placer o para reducir el estrés.
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Poquito a poco
Normalmente es una práctica que van abandonando entre los tres y cuatro años de edad, coincidiendo con los primeros años de cole, a causa de la presión ejercida por los compañeros de clase, al ver que “eso es cosa de niños pequeños”.
La succión del dedo puede provocar que se deforme el paladar debido a la presión del dedo. Si pasados los tres años el niño sigue haciéndolo puede que necesite ortodoncia en el futuro
La paciencia es la madre de la ciencia
Para conseguir que deje de chuparse el dedo es importante no castigarle ni gritarle, sino hablar con él con tranquilidad ya que es posible que sea un tema que le avergüence. La paciencia siempre será la mejor solución. En ocasiones es un mecanismo para calmarse, por lo que hablar de aquello que le provoca estrés será un buen método, así como felicitarle por no chuparse el dedo. Si tienes dudas sobre cómo lograr que abandone este hábito, es importante hablarlo con el pediatra que te aconsejará sobre el procedimiento a seguir.
En ocasiones creemos que los problemas bucales empiezan cuando los niños tienen los dientes definitivos. Nada más lejos de la realidad, una buena educación y unos hábitos saludables en salud bucal empiezan desde que nace.
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